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La solución a un día helado es una buena taza de café caliente. Nada mejor que recibir su cálida temperatura con un delicioso sabor y aroma. Existen muchas formas de preparar la bebida según nos guste o lo que deseemos. No obstante, de seguro has escuchado, en algún momento de tu vida, a alguien decir que no es bueno cuando el café hierve. Bueno, aquí te contamos las posibles razones a dicha afirmación, no te las pierdas.
¿Qué pasa cuando el café hierve?
Preparar una buena taza de café es todo un arte. Va más allá de simplemente calentar agua y tirarla encima del grano molido. Para una excelente preparación hay que tener delicadeza y cuidado en muchos de los aspectos claves que entran en juego, como lo es la temperatura.
Ahora bien, son muchas las posibles respuestas que pueden darse para esta pregunta, dependiendo de cómo se le aborde. El café sigue siendo una mezcla que al someterse al calor presentará ciertas interacciones y reacciones químicas. A continuación, te enseñamos 3 probables escenarios de cuando el café hierve:
El café hierve y se quema
Una de las principales razones para estar atentos a la temperatura del café es poder controlar cuidadosamente todo el proceso de infusión. Ello se debe a que esta es la etapa responsable de darle a la bebida los sabores, aromas y demás características que tanto nos gustan. La temperatura adecuada para una buena infusión es de aproximadamente 90 a 94 grados.
Cuando la temperatura es inferior a los 90 grados Celsius las interacciones químicas serán más lentas, por lo que el sabor será un poco menos concentrado, menos fuerte. En cambio, si se supera esta temperatura, la interacción será más rápida aumentando la concentración de todos los componentes del café. Además, se corre el riesgo de quemar el grano y con ello estropear toda la preparación, obteniendo una bebida con una desagradable desazón.
Libera acrilamida
El café está lleno de componentes bondadosos y que aportan a nuestra salud. Sin embargo, puede haber ocasiones en que esos componentes se vuelvan dañinos, como es el caso de la acrilamida. En otras oportunidades ya hemos hablado a profundidad del café y la acrilamida, por lo que no hablaremos ampliamente en esta ocasión.
Básicamente, el café tiene un componente que es el aminoácido asparagina, que también está presente en muchos otros alimentos. Cuando este aminoácido se somete a temperatura superiores a los 120 grados se transforma en acrilamida y esta es una sustancia cancerosa, por lo que es mejor tener cuidado.
Puede provocar problemas gástricos
Otro de los componentes que posee el café es el ácido clorogénico. Este, al igual que la acrilamida, se descompone cuando se somete a ciertas temperaturas. Entonces, cuando el café hierve o se recalienta, ese ácido, se convierte en ácido cafeico y quínico. Estos pueden causarte problemas gástricos.
Así las cosas, lo mejor es no dejar que el café hierva y tampoco recalentarlo hasta hervir. Así nos ahorramos algunos malos ratos.
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